viernes, 19 de noviembre de 2010

La densidad del agua golpea mis atributos

La sal es alcalina igual que los dientes
que presionan la boca de la cueva.
El derrumbe de espinas de arena comienza poco a poco,
como una marea a media noche.
Caen de abajo arriba, en pleamar.
Y me cubro con tus brazos
rotos, mancillados, altaneros, caudillos, peregrinos.
Esos brazos que hacen que los míos parezcan una rama
o varias.

Ármame con una luz en la coraza
arrástrame con ganas de no dejarme.
Te prometo arena blanca, suave
toda las piedras que traigo entre las uñas
te prometo un amaneces sin mancillar
una noche violenta sin tormentas.

Se desata la tormenta y con ella las palabras.
y los gritos no son letras, sino oraciones
y los etc. son etcéteras
mi amor se dice mortaja
y tus manos se llaman brazos
y tus pies se vuelven piernas
y mis manos se llaman
tuyas.