Escrito en el otoño del año 2002, en el camión que me llevaba a Tuxtla Gutiérrez, Chipas, México.
Otoño de mentiritas
Dices que miento,
¿no es verdad?
que engaño,
¡no tanto!
dices que la mirada no parpadea
...¡suelta mis pestañas!
Pero perdemos mucho tiempo, mujer
en discusiones tan absurdas
que el oscuro incendio de los besos
así de pronto se consume.
Ocupemos , amor, nuestros fantasmas
para deshojar el estacionario perchero
que con su suave paso me hace preso
de su rutinal marcha de otoño y máscaras.
Crucemos la pluma ardiente de los deseos.
No me grites la verdad , mi rostro se consume
las palabras se estrellan con mi máscara
la máscara se deshace entre mis veintiún dedos
llena de grises, pocas y otoñales mentiritas.